YA formidable y espantoso suena
Dentro del corazón el postrer día,
Y la última hora, negra y fría,
Se acerca, de temor y sombras llena.
Si agradable descanso, paz serena,
La muerte en traje de dolor envía,
Señas da su desdén de cortesía:
Más tiene de caricia que de pena.
¿Qué pretende el temor desacordado
De la que a rescatar piadosa viene
Espíritu en miserias añudado?
Llegue rogada, pues mi bien previene;
Hálleme agradecido, no asustado;
Mi vida acabe y mi vivir ordene.
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