SUELTA mi manso, mayoral extraño,
Pues otro tienes tú de igual decoro:
Suelta la prenda que en el alma adoro,
Perdida por tu bien y por mi daño.
Ponle su esquila de labrado estaño,
Y no le engañen tus collares de oro:
Toma en albricias este blanco toro
Que a las primeras yerbas cumple un año.
Si pides señas, tiene el vellocino
Pardo, encrespado, y los ojuelos tiene
Corno durmiendo en regalado sueño.
Si piensas que no soy su dueño,
Alcino, Suelta, y verásle si a mi choza viene;
Que aun tienen sal las manos de su dueño.
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